¿Nunca has conocido a alguien que tiene ya sus cuarenta añazos, y es un niño grande; o a alguien que a su edad ya tiene una manera de pensar y de actuar completamente distinta, y que está centrado en perseguir sus objetivos y tomar responsabilidad de su vida?
Como ves, la madurez es un rasgo de la personalidad, no una condición biológica.